miércoles, 8 de agosto de 2012

Dawkins No Lo Entiende, o El Chivo Expiatorio



Richard Dawkins no lo entiende. No entiende a los cristianos que se matan en explicarle porqué era necesario que Dios, el juez omnisciente y omnipotente, todo amor, envíe a Su Hijo, para morir por nuestros pecados y expiarnos del pecado original de Adán, cuando comió la manzana. Una manzana. La comió.

Si lo entendiera, parafraseando a Krishnamurti ("estar ajustado a un mundo enfermo no es signo de salud", más o menos) no es algo que lo haría menos lúcido o inteligente, pero el no entenderlo muestra una cierta virginidad cultural de la que no puedo decir que yo gozo.

Me crié en una familia que perdió un poco su tradición religiosa en las generaciones, mis padres son creyentes, no practicantes de ritos; o tal vez mi madre, mi padre es más bien un agnóstico. Mis abuelas, sí, eran creyentes. Mis abuelos, tal vez agnósticos, el uno era anarquista anticlerical, el otro profesor de matemáticas. Pero con mis abuelas me bastó para tener mucho más que un atisbo de la lógica dialéctica y simbólica cristiana que un ateo criado anglicano como Dawkins parece ignorar por completo. Tal vez envidio, como dije, su virginidad cultural en ese tema.

Jesús fue enviado a la tierra (con minúscula, La Tierra es el planeta, y el concepto de ésta como planeta, cayendo en la misma categoría que Venus, Mercurio, Marte, Júpiter y 51 Pegasi B, no es una idea que ni Dios ni los evangelistas parecieran sospechar) con el propósito formal de "expiarnos del pecado original", como explican en este agotador post de un blog cristiano, que Google en su gracia y sabiduría puso en mis manos. Amén.

Por el contrario, el propósito es, como cuenta el genial José Saramago en su novela de ficción (al igual que lo es la biblia) El Evangelio Según Jesucristo, crear un mártir que despierte el sentimiento de culpa en los cristianos, para crear ese vínculo, esa religión, en el sentido más atávico de la palabra. El cristianismo se basa en esa culpa freudiana, similar a la culpa edípica del hijo que mata al padre. Jesús es hijo de Dios, y se lo llama Hijo del Hombre. Pero si es hijo de Dios, ese calificativo sirve sólo para crear un vínculo entre Jesús y el hombre, y entonces el unico parentesco que queda para Jesús, es el paterno, o de hermano mayor. Un hermano mayor que es al mismo tiempo el Padre, porque Jesús y Dios son la misma persona. Entonces es la culpa, el elemento atávico que une al cristiano con la iglesia. Ahí están como prueba los penitentes del medioevo, que castigaban la carne, los continuos pedidos de perdón que le hacen aun hoy los feligreses al creador, porque nacen pecadores. Ahi es donde entra María, la virgen. Es una madre, pero es virgen, de manera que el vínculo edípico y atávico se fortalece. A la virgen se la puede poseer, como es el anhelo edípico. Es un mecanismo que se aferra a conceptos enraizados en la infancia, por eso son prácticamente imposibles de desentrañar, si no es con cuidadoso y lento uso de la razón y la moral secular.

Esta lógica simbólica, si no gozara del prejuicio positivo que tiene la cristiandad, sería de una perversión sadomasoquista, pero como se viene repitiendo durante generaciones, impuesta a niños que no tienen madurez intelectual y emocional como para analizarla, como con la tetera de Russell, se considera una verdad indiscutible, y señarlarlo como lo que es, una morbosidad, obtiene inmediatas respuestas de repudio, y sobretodo, negación porfiada.

Con esto no estoy, necesariamente, validando el psicoanálisis (que no es algo que doy por descartado, como otros escépticos hacen, pero al menos tengo serias dudas sobre su efectividad), pero sí los propongo válidos como elementos culturales, como memes, palabra acuñada precisamente por Dawkins, para describir los genes culturales que componen nuestro inconsciente colectivo.

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